Todo empezó creando nuestras propias pulseras, pues nos era imposible encontrar joyas sencillas, elegantes y de calidad sin tener que pagar un precio desorbitado, y que significasen algo para nosotras.
A nuestros amigos les encantaban y comenzaron a hacernos encargos. Nos iban pidiendo cada vez más, y sin darnos cuenta, convertimos nuestro hobby en nuestro pequeño negocio.
La mayoría de nuestras joyas tienen mensajes que forman parte de nuestra filosofía de vida, los que aprendemos desde niños y arrastramos con nosotros hasta convertirnos en adultos. Se van desgastando en nuestra piel, formando parte de nosotros.
No tienen edad ni un público en concreto, pero sí que queremos transmitir nuestros valores y la importancia de lo que nos hace sentir verdaderamente felices: las pequeñas cosas de la vida. En nuestro mundo, no es muy fácil olvidarnos de tales valores. Algo tan sencillo como mirar tu joya o elegir cuál te vas a poner por la mañana, al leer su mensaje escrito o apreciar lo que simboliza cada pieza, puede cambiarlo todo. Sabemos que empezando tu mañana con actitud y pasión, con ganas de comerte el mundo, creyendo en ti, puede cambiar tu día entero, incluso tu vida.
Para las personas entusiastas e inquietas. Personas luchadoras, humildes y tolerantes.
Por que no te conformes. Por disfrutar del camino. Por querer mejorar cada día, pero no por ponerse una estrella, sino por realizarse y amarse a sí mismo. Por seguir siempre hacia adelante sin olvidar nunca quien eres.
Nat, mi madre, es la que empezó este proyecto. Su enorme talento, su admirable fuerza y el amor que le pone a todo, caracterizan nuestras joyas y me llevaron a querer continuarlo.
Belle, mi hija, decidió emprender lo que para mi era un hobby. Su gran imaginación y creatividad le dio a la marca un toque mágico y diferente, fruto de su gran pasión por la lectura. De ahí su apodo Belle, por recordarme a la protagonista de “La bella y la bestia”.