Todo empezó creando nuestras propias pulseras.

Nos era imposible encontrar, sin tener que pagar un precio desorbitado, joyas sencillas, elegantes y de calidad. Joyas que significasen algo para nosotras. A nuestros amigos les encantaban y comenzaron a hacernos encargos. Nos iban pidiendo cada vez más, y, sin darnos cuenta, nos adentramos en esta aventura.

Nuestros diseños están inspirados en las diferentes culturas y etnias del mundo, plasmándose en la moda más actual.

La mayoría de nuestras joyas tienen mensajes que forman parte de nuestra filosofía de vida, que aprendemos desde niños y arrastramos con nosotros hasta convertirnos en adultos. Se van desgastando en nuestra piel, formando parte de nosotros.

Nuestra marca no tiene edad ni va dirigida a un público en concreto. Simplemente quiere transmitir la importancia de lo que nos hace sentir verdaderamente felices: las pequeñas cosas de la vida.

A veces, en nuestro mundo, es muy fácil olvidarnos de tales valores. Algo tan sencillo como mirar tu joya o elegir cuál te vas a poner por la mañana, leer su mensaje escrito o apreciar lo que simboliza cada pieza, puede cambiarlo todo. Sabemos que empezando tu mañana con actitud y pasión, con ganas de comerte el mundo y creyendo en ti, puede cambiar tu día entero. Incluso ¿por qué no? ¡tu vida!

‘Para recordarte que no te conformes, que disfrutes del camino. Para que trabajes por ser mejor cada día, pero no por ponerte una medalla sino, para sentirte realizado y quererte a ti mismo. Para que sigas siempre hacia adelante sin olvidar nunca quién eres.’

  Nat, mi madre, es la que empezó este proyecto. Su enorme talento, su admirable fuerza y el amor que le pone a todo, caracterizan nuestras joyas y me llevaron a querer continuarlo.

  Belle, mi hija, decidió emprender lo que para mi era un hobby. Su gran imaginación y creatividad, así como su amor por la lectura, le dieron a nuestra marca el toque mágico que lo caracteriza